LH Instrumental, 35 años: pasado, presente y futuro de una empresa que promueve la excelencia oftalmológica

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LH Instrumental fue fundada por Hugo Lupkin con la misión de proveer la última tecnología en equipamiento oftalmológico a los médicos argentinos para que puedan brindar la mejor atención a sus pacientes. El camino fue sinuoso como el de muchas empresas argentinas, pero 35 años después la firma es una de las líderes del mercado. Y aunque cambian los equipos y muchas de las marcas representadas, el objetivo sigue siendo el mismo.

Hugo Lupkin falleció en 2013 y LH Instrumental ahora es liderada por su mujer Irene, quien lo acompañó desde el inicio en la formación de la compañía, y por su hijo Fabián.

A través del testimonio de Irene, repasamos el pasado, presente y futuro de una empresa que quiere, por sobre todas las cosas colaborar para que haya buena oftalmología en la Argentina”.

-¿Cómo nació LH Instrumental?

-Fue ante todo un proyecto largamente soñado por Hugo Lupkin, mi marido. En 1985 yo me dedicaba a la docencia y nació nuestro tercer hijo, Fabián. Yo decidí renunciar a mi empleo en ese momento y él, que trabajaba en la empresa Cornealent Pförtner desde hacía 12 años, también renunció para emprender una nueva aventura. Era el peor momento imaginable…

-Sin trabajo ninguno de los dos, con un recién nacido… ¿Cómo fueron esos primeros momentos?

-El comienzo fue difícil. Hugo empezó reparando equipos usados y vendiéndolos. Y yo trabajaba armando la estructura administrativa. No había oficina. Empezamos en un auto. Él iba y venía; y yo, en mi casa. De a poco comenzó a crecer gracias al apoyo de muchos médicos. Y al año logramos poner una oficina y tener un empleado.

-¿Cómo consiguieron los primeros clientes?

– Al principio no había clientes pero Hugo era una persona muy carismática y creativa. Rápidamente la gente empatizaba con él. Así empezó. La empresa en la que había trabajado lo apoyó mucho también, dado que seguía teniendo una excelente relación (que aún perdura) con el Dr. Klaus Pförtner y su hijo el Dr. Tomás Pförtner.

-¿Y cuál fue la primera distribución exclusiva?

-Fue a partir de la relación que Hugo estableció con el Dr. Günther Kaufer, un referente en el país de la cirugía de cataratas, él quería trabajar con una línea de lentes intraoculares suizas muy sofisticadas para esa época y nos recomendó para poder distribuirlas en el país. El doctor significó muchísimo para LH Instrumental y Hugo lo consideraba su mentor en esta profesión. Es así que nosotros viajamos por primera vez a Estados Unidos en 1988, al Congreso de la Academia Americana. No teníamos experiencia. Hugo no hablaba inglés; yo no sabía nada de oftalmología. Fuimos a ese primer congreso y logramos la distribución exclusiva de las lentes intraoculares de vanguardia de la empresa Staar. Él lentamente empezó a hacerse conocido dentro del sector y a ser visto como una persona confiable.

Al año siguiente viajamos a Alemania a buscar la distribución de microscopios de alta gama. Yo hablo alemán, lo que resultó muy útil en ese momento, y nos dieron la representación exclusiva, que hoy todavía tenemos. Así, entre microscopios y lentes intraoculares, empezamos a armar un portfolio de compañías que representábamos.

-¿Cómo fue el proceso de formalización de LH Instrumental?

LH significa “Lupkin Hugo”; la empresa era Hugo. Muchos clientes lo llamaban “Huguito”. Tenía un aura alrededor que hacía que la gente lo buscara y confiara totalmente en él. Pero en 1993, con tan solo 40 años, tiene su primer infarto. Y luego, varios problemas de salud. A partir de ese episodio, yo decidí renunciar a mi trabajo como directora de escuela y ayudarlo. Me inscribí en el IAE de la Universidad Austral para estudiar finanzas y administración de Pymes; y dedicarme full time a LH.

Hasta el año 2000, se trataba de una pyme unipersonal que se llamaba Hugo Lupkin. Pero, en esa época y por el crecimiento que estábamos viviendo, fue necesario dar el siguiente paso y crear la marca LH Instrumental SRL. Ya contábamos con 10 o 12 empleados, más de 10 distribuciones, habíamos viajado por todo el mundo. Participábamos en congresos nacionales e internacionales.  Mi rol en esa nueva etapa fue darle formalidad a la empresa y armar una estructura administrativa, de comercio exterior, financiera y logística que acompañara el crecimiento.

-¿Cómo fue el ingreso de la nueva generación en la empresa?

-Fabián siempre había demostrado interés en la empresa y empezó a trabajar un tiempo en LH mientras terminaba sus estudios de administración de empresas, luego se fue al extranjero a seguir estudiando y trabajó para algunas otras compañías.Finalmente, vuelve a LH Instrumental con mucho entusiasmo y trabaja inicialmente como asistente en todas nuestras áreas para adquirir experiencia y luego como responsable de comercio exterior.

-¿Cómo afrontaron los momentos de crisis?

Tuvimos algunas situaciones de crisis en estos 35 años, pero sin duda el momento más difícil fue el fallecimiento de Hugo en el 2013. Provocó un shock en nosotros y en los empleados, que en su mayoría hacía años que trabajaban en LH. Hugo tenía solamente 59 años y era el alma de la compañía. Fabián y yo tomamos la decisión de seguir con todo nuestro ímpetu y dolor; a las 48 horas la empresa ya estaba operativa, y al mes viajamos a un congreso en San Francisco a cerrar un contrato.

-¿Cómo fue esa transición de continuar sin su fundador?

-LH cambió. Hoy, mirando para atrás, vemos que muchos cambios fueron positivos. Nos estabilizamos, continuamos creciendo, nos profesionalizamos. Fabián está a cargo de la operación, maneja ventas, compras, costos, marketing, etc. Mi rol son las finanzas, recursos humanos y la economía de la empresa.

Hemos logrado un buen balance con el empuje y el fluir de nuevas ideas y proyectos de Fabián y mi experiencia y conocimiento del mercado. Además, contamos con un equipo de colaboradores muy valiosos e idóneos y hemos logrado un ambiente laboral agradable, proactivo y con gente que aporta constantemente nuevas ideas.

-¿Qué valores sentís que la empresa mantuvo durante estos 35 años?

-Hay ciertos valores que siguen intactos desde nuestros inicios. Colaboramos en varias campañas solidarias, con oftalmólogos en el país. Nos interesa la honestidad, la lealtad, el ser confiable. Nos gusta lo heterogéneo; poder tener un staff diverso en los orígenes y en las formas de pensar, nos enriquece muchísimo. Nos enfocamos en la excelencia, el cumplimiento y ojalá podamos colaborar para que haya buena oftalmología en la Argentina.

-¿Cómo ves la empresa a futuro?

-Crecimos muchísimo en estos años. Siento que transmitimos seriedad, confianza y calidad. Veo a LH creciendo más. Veo a Fabián con mucho empuje. Somos una de las empresas de los líderes en el mercado, tenemos mucho potencial, con buenos empleados, con gente muy leal de hace mucho tiempo, que pone el hombro, trabaja un montón. Me encanta esta empresa, es un placer. ¡Me encanta ver en lo que se convirtió!

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